Hermosa y tradicional Villa Medieval que fue un lugar clave en las gestas medievales reflejadas en los escritos, cantares y relatos de la época. El Conde Fernán González, su hijo Garci Fernández, su nieta Doña Urraca, aguerridos contrincantes como Almanzor, Abd al-Rhaman III y muchos otros, llenan las páginas de las crónicas de esta magnífica población, centro geométrico en la fundación del Condado de Castilla y eje fundamental de la Reconquista.

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La Villa de Covarrubias, situada a orillas del río Arlanza ha conservado tanto su fisonomía, limitada por el cauce del río y por las laderas que la abrigan, como la arquitectura tradicional que la caracteriza, en la que destacan construcciones de adobe revocado con morteros de cal entre los que aparecen entramados de madera que aportan a los edificios solidez y belleza. Las maderas, habitualmente de enebro o sabina, se tiñen de un hermoso color oscuro y aportan a la vivienda, gran resistencia, a la vez que un ambiente cálido y un aroma muy agradable.

Entre las edificaciones más destacables se encuentran el conjunto de la Plaza Mayor, con numerosas viviendas de gran belleza, el Torreón de Doña Urraca, extraordinaria edificación medieval de gran tamaño y de excepcional conservación, el arco de entrada a la población (arco de la cárcel), y otras muchas construcciones quizás de menor renombre aunque no por ello de menor importancia en el conjunto arquitectónico de la Villa.

Hay que destacar de forma muy especial al Monasterio de San Pedro de Arlanza, situado a pocos kilómetros de la Villa de Covarrubias en la carretera que discurre hacia Hortigüela. Se trata de un trascendental monumento durante los orígenes de Castilla. Allí se gestó la independencia de Castilla del Reino de León.